“Edificaré mi Iglesia”
- Por Jiump Comunicaciones "Cimientos"
- 29 jul 2024
- 2 Min. de lectura
18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. - Mateo 16:18
En el primer tema vimos la importancia que tiene que toda persona conozca a Jesús. Pero ¿es suficiente con conocer a Jesús? ¿Existe algo más que deba conocer un nuevo creyente? ¿Qué dice la Biblia al respecto? Sin lugar a dudas estas preguntas necesitan nuestra atención.
El término Iglesia no aparece en el Antiguo Testamento. Sólo lo hace en el Nuevo Testamento. El primero en mencionarlo es Jesús. La cita indicada al inicio de nuestra reflexión es la que lo representa. Cuando Jesús indica “edificaré mi Iglesia”, ¿a qué se estaba refiriendo, sino existía éste concepto todavía?
La explicación más natural viene del significado de la palabra en su idioma original. Iglesia “ekklesia” significa una asamblea de llamados. Se refiere a la agrupación de aquellos que son llamados por Dios para seguir a Cristo. Siempre que alguien se reúne con un grupo se hace con un objetivo. ¿Cuál es el objetivo de la reunión de los creyentes en Cristo? La respuesta es sencilla. Un creyente se reúne con otros para exteriorizar su seguimiento de Cristo. Al juntarse, aprendemos a conocer el “cuerpo de Cristo” y aprendemos lo que la Biblia pide a estos creyentes que hagan cuando se juntan.
La mejor forma de entenderlo es mirar el pasaje de Hechos 2:42-47, en éste párrafo aparece la esencia de la vida de la Iglesia en sus primeros pasos. ¿Qué hacía la Iglesia?
Si analizamos los versículos surgen las siguientes ideas:
V. 42 Perseveraban en la doctrina de los apóstoles.
En la comunión unos con otros.
En el partimiento del pan
En las oraciones.
V. 43 Muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
V. 44 Todos los que habían creído estaban juntos.
Tenían en común todas las cosas.
V. 45 Vendían sus propiedades y sus bienes.
Lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
V. 46 Perseveraban unánimes cada día en el templo.
Partiendo el pan en las casas.
Comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
V. 47 Alabando a Dios.
Teniendo favor con todo el pueblo.
En los versículos anteriores está la médula de la vida de la Iglesia. Algunas cosas de las antes indicadas, se siguen haciendo donde quiera que se reúna la Iglesia de Cristo. Otras, se dejaron de hacer por no ser mandato de Dios.
En el presente estudio, sólo nos referiremos a las que la Iglesia siempre ha desarrollado. La mejor forma de memorizarlo es aplicando un acróstico. Este se llamará PESCA, el cual estudiaremos en profundidad en el siguiente artículo.
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