VEN Y SÍGUEME
- Por Jiump Comunicaciones "Cimientos"

- 15 jul 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 20 jul 2024
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. - Mateo 19:21
Lo anterior está extractado de la conversación de Jesús con el joven rico, y cuya historia aparece reflejada en el libro de Mateo (19:16-30). Los que conocen la historia saben de las inquietudes religiosas del joven, quién al enfrentarse con Jesús le plantea una gran interrogante: ¿qué bien haré para heredar la vida eterna? Jesús le pide que guarde los mandamientos. El joven contesta que los ha guardado todos desde su juventud. Él pensaba que de esa manera estaba todo muy bien en su vida. Para su sorpresa, ahora Jesús le pide que venda todo lo que tiene y que lo dé a los pobres, y luego le añade “ven y sígueme”. Mateo nos dice que el joven al oír esto, se fue triste.
¿Por qué a tantas personas les cuesta seguir a Jesús?, ¿Por qué otras que dicen seguir a Jesús no lo demuestran con sus vidas? La respuesta es clara, no conocen a Jesús.
La Biblia habla del evangelio, palabra que significa “buena noticia”. ¿Cuál es la buena noticia? La respuesta es la salvación provista por Dios a través de Jesucristo. Otra pregunta salta a la vista. ¿Salvación de qué? La palabra usada en el N. T. para referirse a salvación significa, “rescatar de un peligro inminente”. En este caso el peligro inminente es la muerte. Romanos 6:23 dice: “Porque la paga del pecado es la muerte”, y Romanos 3:23 añade “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Esto quiere decir, que ningún hombre puede salvarse por sí mismo, necesita un Salvador, en éste caso nuestro Salvador es Cristo. Pedro destaca claramente ésta verdad cuando hace una defensa del evangelio ante los gobernantes judíos, a quiénes les expresa lo siguiente: “y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. (Hechos 4:12)
Cuando hablamos de la salvación, en el momento que el hombre acepta a Cristo como su Salvador, confluyen simultáneamente diferentes sucesos. Del punto de vista humano el hombre debe creer y aceptar a Cristo y arrepentirse (conversión). Del punto de vista divino: Dios escoge al hombre, lo llama, lo adopta en la familia de la fe, lo hace nacer de nuevo y le imparte su Espíritu, conduciéndole en santidad para ser una nueva criatura.
En el presente artículo, nos enfocaremos en el “Nuevo Nacimiento”. Relevante resulta por tanto el pasaje donde Jesús conversa con Nicodemo. (Juan 3:1-7)
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: "Os es necesario nacer de nuevo”.
Una de las declaraciones más extraordinarias, de mayor peso y significancia para la humanidad, jamás dicha por hombre alguno, la pronunció Jesús en éste pasaje: “Os es necesario nacer de nuevo”. Si el mundo supiera que de ella depende su verdadera libertad y su destino eterno, la misma debería ser publicada todos los días, como la más grande noticia y el más grande legado que poseemos. Los titulares de la prensa debieran decir cada mañana: ¡EL QUE NO NACIERE DE NUEVO, NO PUEDE VER EL REINO DE DIOS!
¿Qué es el Nuevo Nacimiento? Un sinónimo es “Regeneración”. La palabra regeneración, significa volver a crear. Implica una nueva vida. En el ámbito teológico se puede definir como sigue:
“Es el acto por medio del cual el pecador recibe vida espiritual por medio de la gracia soberana de Dios y por obra especial del Espíritu Santo para que pueda entender y discernir las cosas espirituales y a la vez tener comunión con Dios".
Una vez que una persona toma la decisión de entregarse a Cristo y nace de nuevo, empieza una vida espiritual; esta nueva vida no es fácil pero se cuenta con algo con que antes no se contaba y es con Dios mismo dentro de nosotros; y Él nos hace todas las cosas siempre que se las entreguemos y digamos: "Señor, no puedo con esto, hazlo tú por mí".







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