Los atributos de Dios
- Por Jiump Comunicaciones "Cimientos"
- 17 nov 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 2 dic 2024
Al profeta Isaías le fue concedido ver con sus ojos la santidad de Dios, vio al Señor en su trono y a los ángeles adorándole mientras volaban delante de Él.
Este impactante relato nos confronta con la santidad de Dios, su contenido debiera servirnos como guía permanente para visualizar las características que distinguen a un Dios santo, ante cuya presencia estamos.
La santidad es la ausencia del mal y la presencia del bien, al buscar la palabra “santo” en un diccionario, encontramos que en ambos testamentos se aplica primariamente a Dios, reconociéndole como digno de adoración y temor, y a su pueblo escogido como apartados para él.
La santidad de Dios significa no sólo que Él está separado de todo lo que es sucio y malo, sino también que su santidad es una pureza de esencia, de voluntad y de acción.
El profeta Isaías quedó conmovido por la escena, junto con oír la voz de serafines que hacían estremecer los quiciales del templo por el profundo sonido. Allí este hombre apreció que la santidad de Dios es algo impresionante de contemplar. Al enfrentarse con Dios se convenció de que no había esperanza para él a causa de su oculto pecado. Mientras tanto los ángeles proclamaban y reconocían la santidad de Dios en el más amplio sentido de la palabra, trayendo ante Isaías un conocimiento grafico de la infinita sabiduría, poder y pureza de Dios.
Al leer la narración de Isaías encontramos cinco características que resaltan la Santidad de Dios:
La soberanía de Dios
"…vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime"
Isaías 6:1
Isaías se encontró con un símbolo visual de señorío, Dios sentado en un trono alto y sublime. También el profeta Ezequiel vio este trono viniendo hacia él desde una nube, con seres vivientes que le adoraban y le servían. Nos dice que el trono estaba en alto por encima de él, y enorme, y su impresión fue que una figura como de un hombre que se hallaba sentado sobre él (Ez. 1).
"Su reino, reino sempiterno y su señorío de generación en generación"
Daniel 4:3
La visión de Dios como Rey aparece frecuentemente en la Biblia. Los Salmos proclaman que Dios reina. Juan vio "un trono en el cielo con alguien sentado sobre él" (Ap. 4.2)
Saber que nada sucede en el mundo aparte de la voluntad de Dios puede asustar a los no creyentes, pero fortalece a los santos. Nos asegura que Dios tiene todo bajo control y que todo lo que sucede tiene un significado.
Saber que Dios está en el trono nos sostiene al estar bajo la presión del mundo y enfrentar el dolor, la hostilidad y todas las situaciones que no parecen tener sentido.
La grandeza de Dios
“... por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas"
Isaías 6:2
La visión era de Dios en lo alto y exaltado, con serafines de seis alas volando ante Él en adoración. Las dos alas que cubren las caras de cada ángel nos hablan del carácter o actitud ante la grandeza de Dios, las dos alas que cubren sus pies nos hablan del servicio santo o apartado para Él, y las dos alas con las que cada uno vuela nos deja de manifiesto la obediencia a cumplir con prontitud la voluntad de Dios.
“ Las naciones le son como la gota de agua"
Isaías 40:15
Somos microscópicos ante Dios, por esto debe huir de nosotros toda soberbia, orgullo, arrogancia y vanidad, porque ante la grandeza de Dios, nuestras presunciones se esfuman.
La adoración del creyente, como la adoración de los ángeles, debe incluir los elementos de reverencia, humildad y disponibilidad para servir, de otra manera estaremos, en nuestro débil argumento, rebajando a Dios, perdiendo de vista su grandeza y pretendiendo o intentando poner a Dios a nuestro nivel, lo que nos hundiría en el fracaso mas horrendo, porque sencillamente ES IMPOSIBLE.
Debemos examinarnos a nosotros mismos: la irreverencia, la presunción y la parálisis espiritual frecuentemente desfiguran nuestro servicio a Dios. Es necesario recuperar en nuestras conciencias el sentido de la grandeza de Dios, el mismo que los ángeles expresaban, así seremos un "olor grato" ante su divina presencia.
La omnipresencia de Dios
“ Toda la tierra está llena de su gloria "
Isaías 6:3
El profeta observa con temblor la declaración de los seres celestiales, proclaman que todo, absolutamente todo está lleno de la gloria de Dios, esto significa que la presencia de Dios está presente y manifiesta en toda la creación.
“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos"
Romanos 11:36
La omnipresencia de Dios, significa que el está en todo lugar, por lo tanto, no podemos escapar de la presencia de Dios, y nosotros, como Isaías, debemos tener en cuenta esta realidad. Para quienes aman estar en la presencia de Dios esto es una buena noticia. Es mala para aquellos que desearían que Dios no pudiera ver lo que hacen en su aparente secreto.
El Salmo 139 refleja la omnipresencia de Dios y el conocimiento que Él tiene de cada uno de nosotros. El salmista súplica a Dios, el examinador de corazones, le muestre si hay algún pecado en él que debiera eliminar. " Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Salmos 139.23-24).
Nada pasa desapercibido a los ojos de Dios; todos nuestros caminos le son evidentes, no importa cuánto tratemos de escondernos o de de olvidar nuestras acciones, Él las conoce todas.
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